sábado, 3 de diciembre de 2016

Cordón Llera, F. Atención al paciente con quemaduras. 2ª ed. Jaen: Logoss; 2007


QUEMADURAS

Para hacer la revisión bibliográfica de este tema he elegido un libro que de manera general habla sobre las quemaduras. Es un libro que de forma clara, breve y concisa explica y detalla los cuidados que se ha de tener con un paciente quemado.

Una quemadura es una lesión de la piel y otros tejidos producida por el calor en cualquiera de sus diversas formas (agentes físicos, químicos, biológicos y eléctricos) Para el manejo del paciente quemado se valorarán: la profundidad, la extensión, el mecanismo lesional, las zonas de afectación, la afectación multisistémica, la presencia de patologías previas y la edad del paciente.

En cuanto a la profundidad de la quemadura, estas se pueden clasificar en:

  • Primer grado: afectan solo a la epidermis. La piel se halla enrojecida y son dolorosas. No hay ampollas y no se acompaña de sintomatología general. Tienen una evolución satisfactoria y cicatrizan en una semana.
  • Segundo grado: afectan a la dermis. Si es la dermis superficial, presentan ampollas con fondo rosado, son dolorosas y muy exudativas. Se suelen curar en tiempo relativamente breve. Si afectan a la dermis profunda, son menos dolorosas por destrucción de las terminaciones nerviosas. Presentan ampollas con fondo blanquecino, y son menos exudativas. Puede curar de forma espontánea en dos o tres semana sin requerir injertos.
  • Tercer grado: afectan a todas las capas de la piel. Son indoloras, secas y de color amarillento-marrón con aspecto apergaminado y en su fondo se ven vasos trombosados. Siempre requieren injerto para su curación.

En cuanto a la extensión de la quemadura, existen numerosos nomogramas para calcular el tanto por ciento de superficie corporal quemado. Uno de los mas fáciles de recordar es la Regla de los Nueve o Regla de Wallace, en la cual se mide la SCQ, como múltiplos de la superficie de la cabeza, que en un adulto se estima como un 9 % de la superficie corporal total.

En quemaduras pequeñas, la palma de la mano corresponde al 1 % de la SCT. Esta regla de los nueve solo es válida para adultos, para niños se utiliza el Nomograma de Lund y Browder, que se adecua a cada grupo de edad.

En cuanto al manejo de la herida, tras la evolución inicial del paciente quemado se procede a la evaluación del tamaño y profundidad de las heridas. Lo mas conveniente es tomar las decisiones respecto al manejo quirúrgico posterior, en el periodo de reanimación inicial dado que el momento ideal para la escisión, es antes del comienzo de la inflamación de la herida. Es importante que los grandes quemados permanezcan en un ambiente cálido (de unos 30º) para evitar la aparición de hipotermia severa.


Tras la lectura y resumen del tema, he de confirmar que claramente aporta información complementaria y relevante a la vista en clase. Además mi motivación sobre este contenido bibliográfico también ha influido, ya que es un tema que me atrae bastante.

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