Cordón Llera, F. Atención al
paciente con quemaduras. 2ª ed. Jaen: Logoss; 2007
QUEMADURAS
Para hacer la revisión
bibliográfica de este tema he elegido un libro que de manera general habla
sobre las quemaduras. Es un libro que de forma clara, breve y concisa explica y
detalla los cuidados que se ha de tener con un paciente quemado.
Una quemadura es una lesión de la
piel y otros tejidos producida por el calor en cualquiera de sus diversas
formas (agentes físicos, químicos, biológicos y eléctricos) Para el manejo del
paciente quemado se valorarán: la profundidad, la extensión, el mecanismo
lesional, las zonas de afectación, la afectación multisistémica, la presencia
de patologías previas y la edad del paciente.
En cuanto a la profundidad de la quemadura, estas se
pueden clasificar en:
- Primer grado: afectan solo a la epidermis. La piel se halla enrojecida y son dolorosas. No hay ampollas y no se acompaña de sintomatología general. Tienen una evolución satisfactoria y cicatrizan en una semana.
- Segundo grado: afectan a la dermis. Si es la dermis superficial, presentan ampollas con fondo rosado, son dolorosas y muy exudativas. Se suelen curar en tiempo relativamente breve. Si afectan a la dermis profunda, son menos dolorosas por destrucción de las terminaciones nerviosas. Presentan ampollas con fondo blanquecino, y son menos exudativas. Puede curar de forma espontánea en dos o tres semana sin requerir injertos.
- Tercer grado: afectan a todas las capas de la piel. Son indoloras, secas y de color amarillento-marrón con aspecto apergaminado y en su fondo se ven vasos trombosados. Siempre requieren injerto para su curación.
En cuanto a la extensión de la quemadura, existen
numerosos nomogramas para calcular el tanto por ciento de superficie corporal
quemado. Uno de los mas fáciles de recordar es la Regla de los Nueve o Regla de
Wallace, en la cual se mide la SCQ, como múltiplos de la superficie de la
cabeza, que en un adulto se estima como un 9 % de la superficie corporal total.
En quemaduras pequeñas, la palma
de la mano corresponde al 1 % de la SCT. Esta regla de los nueve solo es válida
para adultos, para niños se utiliza el Nomograma de Lund y Browder, que se
adecua a cada grupo de edad.
En cuanto al manejo de la herida, tras la evolución inicial del paciente
quemado se procede a la evaluación del tamaño y profundidad de las heridas. Lo
mas conveniente es tomar las decisiones respecto al manejo quirúrgico
posterior, en el periodo de reanimación inicial dado que el momento ideal para
la escisión, es antes del comienzo de la inflamación de la herida. Es
importante que los grandes quemados permanezcan en un ambiente cálido (de unos
30º) para evitar la aparición de hipotermia severa.
Tras la lectura y resumen del
tema, he de confirmar que claramente aporta información complementaria y
relevante a la vista en clase. Además mi motivación sobre este contenido
bibliográfico también ha influido, ya que es un tema que me atrae bastante.
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