Bradley-Springer,
L. Infección por el VIH. En: Mantik Lewis S, Mc Lean
Heitkemper M et all. Foret Giddens J (editor). Enfermería Medico-quirúrgica.
Vol. I. 6ª ed. Madrid: Elservier; 2004. p 271-95
ESTUDIOS
DIAGNÓSTICOS DEL VIH
El
estudio bibliográfico que a continuación voy a redactar trata sobre los
estudios diagnósticos del VIH. En estos estudios vamos identificar dos
aspectos. Por un lado el estudio del diagnóstico del VIH y por otro los
estudios de laboratorio en la infección de VIH
Diagnóstico del VIH
Las pruebas
más útiles de cribado para el VIH son aquellas que detectan los anticuerpos específicos
contra el VIH. El principal problema de estas pruebas es que hay un retraso de
dos meses tras la infección antes de que puedan detectarse los anticuerpos.
Esto crea un “periodo ventana” durante el cual un individuo infectado no tendrá
una prueba positiva contra el VIH. La prueba del antígeno VIH generalmente se
realiza siguiendo una secuencia establecida. Este proceso produce resultados
altamente precisos. La prueba contra el anticuerpo VIH puede actualmente
realizarse en líquidos de orina y orales.
Las
pruebas más actuales, permiten realizar pruebas rápidas de sangre para el VIH
(20 minutos) en cualquier clínica. Estas pruebas son muy fiables y proporcionan
una información inmediata a los pacientes a los cuales se les puede dar consejo
acerca del tratamiento y prevención.
El
diagnóstico del VIH en los recién nacidos puede ser problemático. Todos los recién
nacidos de madres infectadas por VIH serán positivos a la prueba contra el
anticuerpo VIH porque los anticuerpos maternos cruzan la barrera placentaria.
Estos anticuerpos se mantienen presentes en el lactante hasta 18 meses. Por
esta razón, la detección precoz de la infección del VIH en los lactantes
depende de la prueba contra el antígeno del VIH por medio del uso de la
reacción en cadena de la polimerasa ADN del VIH (PCR), VIH ARN PCR, o cultivos
víricos. Estas pruebas pueden diagnosticar el VIH con absoluta seguridad en los
lactantes infectados a las cuatro semanas de edad.
Estudios de laboratorio en la infección
de VIH.
La progresión
de la infección por VIH se controla por el recuento de linfocitos T CD4. A
medida que avanza la enfermedad, generalmente disminuye el número de
linfocitos, lo que constituye un marcador de la disminución de la función
inmunitaria. Sin embargo, el recuento de linfocitos T CD4, aunque es muy
importante, revela solamente parte del espectro clínico. Las pruebas de
laboratorio que determinan la actividad vírica permiten una mejor valoración
del estado clínico y de la progresión de la enfermedad. La carga vírica
representa el número de partículas víricas en una muestra de sangre, y puede
determinarse con la PCR del ARN del VIH o las pruebas de doble cadena del ADN.
Estas pruebas proporcionan información que ayuda a determinar el inicio del
tratamiento, la eficacia de éste y el cumplimiento de los objetivos clínicos.
Es
habitual encontrar anormalidades en las pruebas de sangre en pacientes con
infección por VIH no tratada, ya que podrían estar causadas por VIH,
enfermedades oportunistas o complicaciones de los fármacos o radioterapia.
Habitualmente se observa una disminución de los glóbulos blancos, especialmente
los neutrófilos; de las plaquetas, que pueden estar causados por anticuerpos
antiplaquetarios o por el tratamiento farmacológico; y anemia que se asocia con
la enfermedad crónica, así como con los efectos adversos habituales de algunos
fármacos antirretrovirales. Es habitual encontrar alteraciones en las pruebas
de funcionalismo hepático, que pueden estar causados por enfermedades o
tratamientos farmacológicos y suelen ser más frecuentes con nuevos fármacos.
Por ello es importante la identificación precoz de la coinfección con el virus
de la Hepatitis B ya que pueden condicionar el curso de más grave en el
paciente con VIH.
Como
he dicho anteriormente hoy en día es posible estudiar la resistencia de los
antirretrovirales en personas que están siendo tratadas de la infección por
VIH. Se utilizan dos tipos de pruebas: genotipo (que detecta las mutaciones
víricas resistentes a los fármacos) y la prueba de fenotipo (que determina el
crecimiento del virus en varias concentraciones de fármacos antirretrovirales.
Estas pruebas son muy útiles para tomar decisiones sobre las nuevas
combinaciones terapéuticas en pacientes que no responden a los tratamientos
actuales.
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