viernes, 2 de diciembre de 2016

BIBLIOGRAFÍA:

Nowak S. M. Cuidados de enfermería de pacientes con trastornos inmunitarios. En: Williams L. S. y Hopper P. D. Enfermería Medicoquirúrgica. 3ª ed. México: McGraw-Hill Interamericana; 2007. p313-333.

Esta consulta bibliográfica servirá para conocer más sobre los trastornos autoinmunitarios. En primer lugar, estos trastornos se definen como “autoinmunitarios” debido a que el sistema inmune reconoce como extrañas las células normales y propias e inicia una respuesta contra ellas para destruirlas. Para que esto ocurra, existen factores causantes o que influyen como las infecciones víricas, medicamentos y anticuerpos con reacción cruzada.

A continuación citaremos algunos de estos trastornos:
ANEMIA PERNICIOSA
Consiste en la reducción de eritrocitos debido a la deficiencia de vitamina B12, ya que el factor intrínseco que participaba en la absorción de esta vitamina ha disminuido, al ser destruidas por anticuerpos las células parietales que lo producían. Sus causas pueden estar relacionadas con factores inmunitarios (antecedentes familiares) o no (resección gástrica o intestinal, ausencia o restitución inadecuada de vitamina B12 o factor intrínseco). Las manifestaciones son: debilidad, pérdida del apetito, glositis, palidez, irritabilidad, confusión y entumecimiento u hormigueo en las extremidades.

ANEMIA HEMOLÍTICA AUTOINMUNITARIA IDIOPÁTICA
Por causas desconocidas, se producen anticuerpos que atacan a los eritrocitos, provocando su lisis o aglutinación. Los fragmentos de eritrocitos, tras la lisis, circulan en la sangre, mientras que si se aglutinan, ocluyen los vasos y conducen a la isquemia del tejido. Se manifiesta por fatiga leve, palidez, hipotensión, disnea, palpitaciones e ictericia.

TIROIDITIS DE HASHIMOTO
Los anticuerpos formados se unen a receptores hormonales en la glándula tiroidea y estimulan la producción de hormonas tiroideas, produciendo el crecimiento de la tiroides (hipertiroidismo). Además, contribuyen al crecimiento, la infiltración de linfocitos y fagocitos ya que producen inflamación. Posteriormente, diferentes anticuerpos destruyen las células tiroideas, por tanto, ralentizan la secreción, lo que conlleva al hipotiroidismo. Las causas exactas se desconocen, pero existe mayor incidencia en mujeres que en hombres de 30 a 50 años y en personas con síndromes de Down y de Turner. Los signos y síntomas característicos son en el primer momento: hipertiroidismo, la inquietud, temblores, dolor torácico, incremento del apetito, diarrea, piel húmeda y pérdida de peso. Posteriormente, tras la evolución a hipotiroidismo: fatiga, bradicardia, hipotensión, disnea, anorexia, estreñimiento, piel seca, aumento de peso, sensibilidad al frío, tumefacción facial y proceso mental lento.


LUPUS ERITEMATOSO
Diferenciaremos tres tipos:
  • -   Lupus Discoide (DLE): lesiones dermatológicas. Manifestado por placas en parches, costrosas y bien definidas, en la cara o áreas expuestas al sol.
  • -   Lupus Eritematoso Sistémico inducido por medicamentos (Barbitúricos, fenitoína, diazepam, salicilatos, glutamato monosódico, procaína, metildopa…): se caracteriza por inflamación pleuropericárdica, fiebre, exantema y artritis.
  • -   Lupus Eritematoso Sistémico (SLE): trastorno crónico, inflamatorio y multisistémico. Consiste en la creación de anticuerpos contra el propio tejido. Algunos signos y síntomas son: inicialmente fiebre y fatiga; según sistema afectado: Dérmico: exantema en alas de mariposa en la cara, fotosensibilidad; Musculoesquelético: artralgia; Hematológico: anemia, leucocitopenia; Cardiopulmonar: pericarditis, infarto de miocardio; Renal: insuficiencia renal, infección urinaria; SNC: neuropatía craneal; Gastrointestinal: anorexia, ascitis, pancreatitis; Oftalmológico: conjuntivitis, glaucoma, cataratas…


El lupus eritematoso sistémico es muy impredecible. Tiende a desarrollarse en mujeres jóvenes en edad reproductiva. También, tienen mayor tendencia a padecer SLE los familiares de primer grado de pacientes afectados. Desencadenantes de los brotes de lupus son: la luz solar (incluso reflejada en el agua o la nieve), el estrés, las crisis emocionales, el exceso de trabajo, las infecciones, cirugía o lesiones, las hormonas, el embarazo y el posparto, ciertos medicamentos o la suspensión súbita de estos, las alergias y la sensibilidad ambiental. 

ESPONDILITIS ANQUILOSANTE o REUMATOIDE

Se describe como la inflamación progresiva crónica de las articulaciones sacroiliaca, costovertebral y periféricas grandes, debido al antígeno leucocitario humano (HLA) B27 que estimula una respuesta inmunitaria. Tiende a afectar más a los hombres. A pesar de las evidencias de una tendencia familiar, se desconocen causas específicas. Podemos reconocer este trastorno por la fatiga, anorexia y la más relevante, la dorsalgia. Conforme avance la enfermedad, el dolor se intensificará y se producirán espasmos en los músculos dorsales. Además, la curvatura de la parte inferior de la espalda (lordosis) se aplanará, mientras que la de la parte superior se intensificará (cifosis). 

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