Kahn, M. y Trofino, R. Cuidados de enfermería de pacientes con trastornos cutáneos. Psoriasis. En: Williams,
L.S; Hopper, P.D. Enfermeria medicoquirúrgica. 3ª ed. México: Mc Graw Hill; 2007. p. 1261-90
PSORIASIS
Dentro de los trastornos cutáneos inflamatorios uno que me llama especial atención es la psoriasis, dado que dos familiares míos la padecen. Este es el aspecto fundamental por el que he elegido esta enfermedad de la piel para hacer un estudio bibliográfico más profundo a lo visto en clase.
Dentro de los trastornos cutáneos inflamatorios uno que me llama especial atención es la psoriasis, dado que dos familiares míos la padecen. Este es el aspecto fundamental por el que he elegido esta enfermedad de la piel para hacer un estudio bibliográfico más profundo a lo visto en clase.
La
psoriasis es un trastorno cutáneo crónico inflamatorio en el que las células
epidérmicas proliferan anormalmente de forma rápida. Las células cutáneas de un
paciente con psoriasis, se descaman cada cuatro o cinco días, acumulando piel
muerta en la superfice. La queratina anormal forma escamas que se adhieren de
manera laxa con inflamación dérmica, creando la imagen típica de la psoriasis.
La
psoriasis es muy común. Cualquiera puede padecerla aunque la edad de inicio
suele ser entre los 15-35 años. No es trastorno contagioso, aunque parece que
tiene un componente hereditario ya que puede transmitirse de padres a hijos. Se
piensa que puede ser un trastorno autoinmunitario, en el que el propio sistema
inmunitario ataca por error e inflama o destruye tejido corporal sano.
Entre
las causas que pueden desencadenar un ataque de psoriasis o hacer que sea más
difícil de tratar están las siguientes:
- Infecciones bacteriana o virales.
- Aire seco o piel seco.
- Lesiones en la piel: cortaduras, quemaduras, picaduras…
- Algunos medicamentos: litio, beta-bloqueadores…
- Estrés.
- Poca luz solar.
- Demasiada luz solar (quemaduras solares)
Los
síntomas de la psoriasis pueden aparecer de forma repentina o lenta, e incluso
muchas veces puede llegar a desaparecer y luego se reactiva.
El
síntoma principal de la afección son la aparición de parches de piel irritados, rojos y descamados
que forman placas. Estas placas se ven con mayor frecuencia en los codos,
rodillas, piel cabelluda, ombligo y genitales. También pueden aparecer en las
palmas de las manos y plantas de los pies.
La
piel puede estar:
- Con comezón.
- Seca y cubierta con piel descamada (escamada)
- Color rosada-enrojecida.
- Levantada y gruesa.
Otros
síntomas pueden incluir:
- Lesiones genitales en los hombres.
- Dolor articular.
- Cambios en las uñas: uñas gruesas, uñas que se despegan de la piel…
- Caspa abundante
Existen 5 tipos principales de psoriasis:
- Eritrodérmica. El enrojecimiento de la piel es muy intenso y cubre una zona grande.
- Guttata. Aparecen pequeñas manchas entre rojas y rosadas en la piel. Esta forma parece estar vinculada con las infecciones por estreptococos.
- Inversa. Se presenta enrojecimiento e irritación de la piel de las axilas, la ingle y entre la piel superpuesta.
- Placa. Gruesos parches de piel rojos y gruesos cubiertos por escamas plateadas y blancas. Este es el tipo más común de psoriasis.
- Pustular. Ampollas blancas llenas de pus (pústulas) que están rodeadas de piel roja e irritada.
Se puede diagnosticar la afección observando simplemente
la piel, algunas veces se lleva a cabo una biopsia de piel para descartar otros
trastornos posibles.
En cuanto al objetivo principal de tratamiento es
controlar los síntomas y prevenir una infección. Hay tres opciones de
tratamiento:
- Lociones, ungüentos, cremas y champús para la piel. Estos se denominan tratamientos tópicos.
- Pastillas o inyecciones que afectan la respuesta inmunitaria del cuerpo, no simplemente la piel. Se denominan tratamientos sistémicos o generalizados.
- Fototerapia, en la cual se utiliza luz ultravioleta para tratar la psoriasis
La psoriasis puede ser una
afección de por vida que se puede controlar mediante tratamiento. Puede
desaparecer durante períodos extensos y luego volver. Con el tratamiento
apropiado, no afecta la salud general. Pero debe estar al tanto que existe un
fuerte vínculo entre la psoriasis y otras afecciones, como la enfermedad del
corazón.
Como medida de prevención hay
que indicar que no existe ninguna forma de prevención conocida para la
psoriasis. Mantener la piel humectada y limpia y evitar los desencadenantes de
la enfermedad puede ayudar a reducir la cantidad de reagudizaciones. Se recomiendan los baños o duchas diarias para las personas con
psoriasis. Hay que evitar restregarse demasiado fuerte, porque esto puede irritar la
piel y desencadenar un ataque.
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