martes, 8 de noviembre de 2016

Valoración del aparato gastrointestinal.

Bibliografía:
Roberts PA, Eastham LA, Panozzo Nelson D. Valoración de enfermería del aparato gastrointestinal. Enfermería Medicoquirúrgica. 3ªed. Madrid: Harcourt; 2002 . p. 1450-73.



En este capítulo he podido encontrar aquellos factores en los que debemos realizar más énfasis en la valoración enfermera del aparato digestivo. Centrándome en la palpación del abdomen, cuya anamnesis será importante en patologías de este aparato.

Primero ha de realizarse una valoración general, debiendo anotarse los signos vitales, la altura y el peso. Es importante la expresión facial, el estado nutricional y el aspecto general.

Y a continuación debemos realizar una valoración de las diferentes estructuras que son afectadas por el aparato digestivo o que lo componen:

La piel: 
En este caso, la hidratación es importante en aquellos pacientes que presenten vómitos y diarrea. También en diferentes patologías de este aparato aparece una coloración amarilla de la piel (ictericia) que debe ser valorada.

Cavidad oral y faringe:
Aquí deberán valorarse los labios, dientes, encías, lengua (observar desviación), la vascularización, permeabilidad, la integridad del paladar duro y úvula, fijándonos en la simetría y en el color de las diferentes estructuras.
 En esta cavidad la enfermera requiere de un depresor de lengua, que le permitirá visualizar mejor la faringe.

Cardiovascular:
Observar en el precordio la presencia de pulsaciones, elevaciones o ascensos. Un paciente con insuficiencia cardíaca puede tener el hígado aumentado de tamaño.

Respiratorio:
Inspeccionar el tórax, observando su simetría, y las respiraciones. Palparlo en busca de masas o sensibilidad. Auscultar para comprobar la existencia de ruidos añadidos como crujidos, silbidos o roce pleural. Un paciente con sensibilidad en el cuadrante superior derecho o izquierdo puede presentar una neumonía del lóbulo inferior.

Abdomen:
-Debemos inspeccionar la pigmentación, simetría, peristaltismos…La ictericia se observa mejor en esta zona. Una hernia, un tumor o una obstrucción intestinal puede provocar la distensión de la pared abdominal.
-La auscultación se realiza antes de palpar. Observar la presencia de ruidos y las características de estos, pueden ser causados por gases o por otros cuadros que hagan que sean más llamativos. La auscultación se realiza en los cuatro cuadrantes.
-La percusión se realiza también en todos los cuadrantes. El tono ha de ser timpánico, con zonas de matidez sobre los órganos o masas. El estómago, al estar lleno de aire refleja un sonido más timpánico que otras zonas.

  • Para ver el tamaño del hígado, seguimos la LMCD hasta oír la matidez propia de él (hay que tener cuidado con las costillas pues pueden confundir). En el momento en el que se vuelva a oír timpánico corresponderá al borde inferior de dicho órgano.
  • En el caso del bazo, seguimos la LMAI y escucharemos la matidez esplénica en los espacios intercostales a la altura de la décima costilla. Aunque, puede variar por el contenido del estómago, colón y por los movimientos respiratorios.

-La palpación será en primer lugar suave, para comprobar el tono muscular, las zonas de hipersensibilidad o masas superficiales y después se realizara en un plano más profundo, identificando los bordes del hígado, bazo, riñones y la aorta si es posible.

Recto:
Su valoración es necesaria en caso de dolor abdominal o hemorragia rectal.

Genitales:
El dolor abdominal puede ser causado por enfermedad inflamatoria pélvica, quiste, torsión ovárica o gestación ectópica.

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