Bibliografía:
E. Martínez- Alfaro, F. Mateos. Tratamiento antirretroviral en
la infección del virus de la inmunodeficiencia humana [monografía en internet].
Albacete: Complejo Hospitalario Universitario de Albacete; 2008 [acceso 16 de
noviembre de 2016]. Disponible en: http://www.chospab.es/area_medica/medicinainterna/PROTOCOLOS/antirretro.htm
Tras el diagnóstico de la enfermedad se realiza un estudio
al paciente para determinar el estadio de la enfermedad y su situación basal.
También se informa al paciente sobre la enfermedad y se realiza consejo para
tener relaciones sexuales seguras y no compartir jeringuillas si es consumidor
de drogas intravenosas. Se aporta apoyo psicológico en caso necesario.
Los pacientes se dividen en sintomáticos y asintomáticos. El
riesgo de desarrollar complicaciones se relaciona con el nivel de carga viral
del VIH. El tratamiento disminuye la carga viral pero tiene un gran número de
efectos secundarios, por tanto, el tratamiento del paciente asintomático debe ser
consensuado con el paciente antes de iniciar el mismo. En pacientes
sintomáticos, es decir, con la enfermedad avanzada, la indicación del
tratamiento es indudable.
Entre los beneficios del tratamiento se encuentran: control de la replicación y de las mutaciones virales,
prevención de la inmunodeficiencia progresiva o reconstitución del sistema
inmune, retraso de la progresión a SIDA y prolongación de la vida, disminución
del riesgo de selección de resistencias y posible descenso de la transmisión
del virus.
Algunas de las complicaciones
del tratamiento son las siguientes: reducir la calidad de vida del paciente por
los efectos secundarios de la medicación, desarrollo precoz de resistencias a
los fármacos, limitación futura de las opciones terapéuticas por las
resistencias desarrolladas, transmisión de virus resistentes y desconocimiento
de la eficacia y de los efectos secundarios del TA a largo plazo.
El objetivo del tratamiento
es disminuir la carga viral a niveles indetectables de forma mantenida con una
opción terapéutica que sea tolerada por el paciente.
Las líneas terapéuticas
iniciales son:
-Agresiva. Los pacientes
reciben tratamiento temprano ya que la enfermedad es virtualmente progresiva.
Esta terapia es la más utilizada.
-Conservadora. El tratamiento
se retrasa al hacer balance de los riesgos y beneficios.
Como la primera opción de tratamiento es la mejor y si
falla, el tratamiento no va a ir bien, se intenta que la disminución de la
carga viral sea la máxima posible.
Algunos ejemplos de los antirretrovirales recomendados son: ritonavir,
indinavir, nelfinavir y nevirapina.
Algunas manifestaciones de la falta de eficacia del
tratamiento son:
-Nuevas infecciones oportunistas. Esto indica
inmunosupresión que es lo contrario a lo que el tratamiento debería producir.
-Disminución subóptima de la carga viral, es decir, la carga
viral disminuye menos de lo esperado.
-Reaparición de la carga viral tras su disminución.
El fracaso del tratamiento se debe a: desarrollo de
resistencias, falta de adherencia terapéutica, interacciones farmacológicas y
alteración en la absorción de fármacos. Se asumirá que el fracaso del
tratamiento se debe al desarrollo de resistencias una vez que hayamos
descartado el resto de opciones.
El tratamiento de rescate se basa en la utilización de 3 o 4
nuevos antirretrovirales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario