Bibliografía:
Solís Narvaiza MJ. El paciente con síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (sida). En: Rayón E, director/ del Puerto I,
Narvaiza MJ, coordinador. Manual de enfermería médico-quirúrgica. Vol 3.
Madrid: Síntesis; 2002. p. 471-91.
El sida es una infección viral crónica que afecta al
linfocito T/CD4+, tanto en número como en funcionalidad, disminuyendo la
respuesta inmunológica y dando lugar a graves infecciones por gérmenes
oportunistas, así como a una mayor incidencia de neoplasias, especialmente del
sarcoma de Kaposi.
En la actualidad se trata de un proceso extendido por todo
el mundo que presenta importantes repercusiones socioeconómicas y una gran
alarma social a pesar de las campañas realizadas para educar a la sociedad.
Las vías de infección son la sangre (inyecciones,
trasfusiones, etc.), la vía sexual (semen o secreciones vaginales) y la
vertical de madre a hijo.
Los grupos de riesgo incluyen:
- Personas con prácticas homosexuales (por ejemplo, el coito anal, por ser el receptor del semen una mucosa no preparada y fácilmente congestiva).
- Drogodependientes que se inyectan la droga, debido a la falta de higiene y a la frecuencia con que comparten las agujas.
- Personas con prácticas heterosexuales en las que coexisten diversos factores: número de parejas (por eso resulta más frecuente en personas que se prostituyen), prácticas anómalas, presencia simultánea de enfermedades de transmisión sexual o de lesiones genitales, etc.
- Personas sometidas a transfusiones, especialmente las que tienen que recibir gran número, como las hemofílicas.
- Hijos de madres infectadas por VIH.
- Personas con prácticas homosexuales (por ejemplo, el coito anal, por ser el receptor del semen una mucosa no preparada y fácilmente congestiva).
- Drogodependientes que se inyectan la droga, debido a la falta de higiene y a la frecuencia con que comparten las agujas.
- Personas con prácticas heterosexuales en las que coexisten diversos factores: número de parejas (por eso resulta más frecuente en personas que se prostituyen), prácticas anómalas, presencia simultánea de enfermedades de transmisión sexual o de lesiones genitales, etc.
- Personas sometidas a transfusiones, especialmente las que tienen que recibir gran número, como las hemofílicas.
- Hijos de madres infectadas por VIH.
En relación a las personas infectadas por el VIH, se
consideran 4 grupos o entidades, con diferente significación clínica.
· GRUPO I: SINDROME AGUDO POR EL VIH:
- Cuadro clínico similar a otras virasis (gripe, MI)
- Presencia de VIH (seropositivos)
- Inversión del cociente LN T/CD4+/LN CD8+
· GRUPO II: INFECCION ASINTOMATICA O LATENCIA CLINICA:
- Sin síntomas
- Persiste la replicación viral (la progresión de la enfermedad se halla en relación con la carga viral)
- Los LN T/CD4+ van disminuyendo
· GRUPO III: ENFERMEDAD SINTOMATICA PRECOZ:
- Disminución de LN T/CD4+ por debajo de 500 nu/l
- Adenopatías, lesiones orales, reactivación del herpes simple, etc.
· GRUPO IV: ENFERMEDAD DEL SIDA:
- Disminución de LN T/CD4+ por debajo de 200 nu/l
- Subgrupo A: emaciación general
- Subgrupo B: afectación neurológica
- Subgrupo C: infecciones oportunistas: respiratorias, digestivas, oculares, etc.
- Subgrupo D: neoplasias
- Subgrupo E: otros problemas (hematológicos, renales, reumáticos, etc.)
De forma esquemática se puede decir que el paciente diagnosticado de sida atraviesa las siguientes fases o etapas:
1. Etapa tras el diagnóstico reciente de sida: el paciente tiene buena respuesta a la medicación y es capaz de reasumir sus actividades laborales y cotidianas.
2. Etapa progresiva:
- Aparecen complicaciones sucesivas y menor intervalo entre ellas.
- El tratamiento produce mejoría en la salud, pero cada vez se presentan más efectos indeseables.
- Suele acompañarse de astenia y pérdida gradual de peso. Pueden aparecer también algunos cambios de conducta debido a alteraciones neurológicas; no obstante, todavía es capaz de llevar a cabo sus actividades habituales si éstas no requieren gran esfuerzo físico.
3. Etapa avanzada:
- Las complicaciones son más frecuentes y la debilidad resulta intensa y afecta en gran medida a la actividad del paciente.
- Aparecen con mayor frecuencia las manifestaciones neurológicas, la demencia y/o la ceguera.
4. Etapa terminal:
- Resulta difícil de delimitar respecto a la fase anterior; la situación va empeorando con inmovilidad progresiva, debilidad intensa, ausencia de deseo de comer y beber y deterioro de todas sus funciones.
- Cobra gran importancia la aplicación de cuidados paliativos para conseguir el máximo confort posible hasta el fallecimiento del paciente.
Existen dos grandes grupos de fármacos que inhiben la replicación viral:
· GRUPO I: SINDROME AGUDO POR EL VIH:
- Cuadro clínico similar a otras virasis (gripe, MI)
- Presencia de VIH (seropositivos)
- Inversión del cociente LN T/CD4+/LN CD8+
· GRUPO II: INFECCION ASINTOMATICA O LATENCIA CLINICA:
- Sin síntomas
- Persiste la replicación viral (la progresión de la enfermedad se halla en relación con la carga viral)
- Los LN T/CD4+ van disminuyendo
· GRUPO III: ENFERMEDAD SINTOMATICA PRECOZ:
- Disminución de LN T/CD4+ por debajo de 500 nu/l
- Adenopatías, lesiones orales, reactivación del herpes simple, etc.
· GRUPO IV: ENFERMEDAD DEL SIDA:
- Disminución de LN T/CD4+ por debajo de 200 nu/l
- Subgrupo A: emaciación general
- Subgrupo B: afectación neurológica
- Subgrupo C: infecciones oportunistas: respiratorias, digestivas, oculares, etc.
- Subgrupo D: neoplasias
- Subgrupo E: otros problemas (hematológicos, renales, reumáticos, etc.)
De forma esquemática se puede decir que el paciente diagnosticado de sida atraviesa las siguientes fases o etapas:
1. Etapa tras el diagnóstico reciente de sida: el paciente tiene buena respuesta a la medicación y es capaz de reasumir sus actividades laborales y cotidianas.
2. Etapa progresiva:
- Aparecen complicaciones sucesivas y menor intervalo entre ellas.
- El tratamiento produce mejoría en la salud, pero cada vez se presentan más efectos indeseables.
- Suele acompañarse de astenia y pérdida gradual de peso. Pueden aparecer también algunos cambios de conducta debido a alteraciones neurológicas; no obstante, todavía es capaz de llevar a cabo sus actividades habituales si éstas no requieren gran esfuerzo físico.
3. Etapa avanzada:
- Las complicaciones son más frecuentes y la debilidad resulta intensa y afecta en gran medida a la actividad del paciente.
- Aparecen con mayor frecuencia las manifestaciones neurológicas, la demencia y/o la ceguera.
4. Etapa terminal:
- Resulta difícil de delimitar respecto a la fase anterior; la situación va empeorando con inmovilidad progresiva, debilidad intensa, ausencia de deseo de comer y beber y deterioro de todas sus funciones.
- Cobra gran importancia la aplicación de cuidados paliativos para conseguir el máximo confort posible hasta el fallecimiento del paciente.
Existen dos grandes grupos de fármacos que inhiben la replicación viral:
o
Los inhibidores de la transcriptasa inversa
(ITI), enzima esencial para transformar el ARN viral en ADN viral (didanosina,
estavudina, zidovudina, etc.).
o
Los inhibidores de la proteasa (IP), enzima del
propio virus que induce a la célula afectada a sintetizar los componentes
básicos virales (indinavir, ritonavir, etc.).
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