miércoles, 19 de octubre de 2016

Las infecciones tegumentarias más comunes.

Bibliografía:
Ruff Dirksen S, Hill MJ. Problemas tegumentarios. Enfermería Medicoquirúrgica. 6ªed. Madrid. Elsevier; 2004. p. 500-26.


Existen multitud de infecciones e infestaciones tegumentarias provocadas por diferentes causas. He querido comentar las infecciones bacterianas, fúngicas y víricas más comunes, ya que me ha parecido interesante extenderme en sus manifestaciones clínicas y cómo diferenciarlas entre sí.

  • Las infecciones bacterianas

La piel, gracias a sus condiciones de calor, agua y nutrientes, supone un entorno ideal para el crecimiento bacteriano. Cuando se pierde el equilibrio pueden aparecer las siguientes:

-Impétigo: Se suele asociar con la poca higiene y resulta contagioso. Se trata de una lesión vesiculopustulosa con costra gruesa, de color miel y rodeado de eritema y pruriginoso. Aparece en la cara.

-Foliculitis: Aparece en áreas húmedas donde existe una fricción o roce. Son pequeñas pústulas en la apertura del folículo piloso con eritema mínimo. Desarrolla costra y se puede encontrar en el cuero cabelludo, barba, extremidades. Además producen dolor al tocarlos.

-Forúnculo: Es una infección profunda en torno al folículo piloso. Se asocia al acné intenso o dermatitis seborreica. Su manifestación clínica es un área eritematosa, con un drenaje de pus y un núcleo de desechos necróticos al romperse. Aparece en la cara, axilas, nalgas, perineo y muslos. Provocando también dolor.

-Furunculosis: En pacientes obesos o expuestos a humedad, presión o irritación. La manifestación es igual a la del forúnculo pero además genera malestar, adenopatías y una fiebre elevada.
-Ántrax: Son forúnculos interconectados. Se trata de muchas pústulas en una zona enrojecida. Es frecuente en nuca y cuello.

-Celulitis: Inflamación de los tejidos subcutáneos. Manifestado en áreas calientes, dolorosas, eritematosas y edematosas con bordes difusos. Crea además malestar y fiebre.

-Erisipela: Es una celulitis superficial que afecta a la dermis. En este caso aparece bien delimitada. Aparece frecuentemente en cara y extremidades, provocando un aumento del número de leucocitos, cefalea y fiebre.

  • Las infecciones víricas

Son tan difíciles de tratar en la piel como en otra parte del organismo. Las más comunes son las siguientes:

-Herpes simple: Los síntomas aparecen a los 3-7 días después del contacto. Son vesículas agrupadas sobre una base eritematosa. Puede aparecer acompañado de fiebre o sin síntomas.

-Herpes varicela: Es muy contagioso. Se trata de un exantema, lesiones vesiculares en grupos sucesivos.

-Herpes zoster: Ocurre en pacientes inmunosuprimidos y es más contagioso en cualquier persona que no haya padecido la varicela. Su manifestación clínica es en forma de vesículas agrupadas en placas lineales sobre una base eritematosa. Precediendo al brote aparece sensación de quemazón, dolor y neuralgia.

-Verrugas: Producidas por el virus del papiloma humano. La verruga común se trata de una pápula circunscrita e hipertrófica. Es de color carne y limitada a la epidermis. Además, produce dolor a la compresión lateral. Las verrugas plantares se encuentran en la superficie inferior del pie y crece hacia el interior, siendo doloroso al andar.

  • Infecciones fúngicas

Dado el gran número de hongos identificados, es imposible evitar la exposición a ellos, así como la provocación de patologías como:

-Candidiasis: El 50% de los adultos son portadores sin síntomas. Esta infección aparece en áreas húmedas y calientes, como la mucosa oral, la zona crural, pliegues submamarios, vagina... En la boca aparecen placas blancas, parecidas al requesón. En el caso de la vagina, se manifiesta con una pared roja, edematosa, secreción vaginal, prurito…

-Tiña: Puede ser corporal, crural, ungueal y del pie, dependiendo de donde se localice. Aparece con bordes bien definidos. Las uñas se descaman, son quebradizas y gruesas, con un decoloración blanca o amarilla.

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