miércoles, 19 de octubre de 2016

Arias Pérez, J. Patología del Sistema Nervioso Central y Periférico. Infecciones intracraneales. En: Arias, J., Aller, M.A, Arias, J.I.,et al (coordinadores). Enfermería médico-quirúrgica II. Edit. Tébar S.L; 2000. p. 324-38


INFECCIONES INTRACRANEALES. MENINGITIS AGUDA BACTERIANA

En los últimos meses en mi entorno más inmediato se han producido varios casos de meningitis bacterianas agudas afectando a bebés y niños de corta edad. La gravedad de las mismas, las secuelas que dejan y la alarma general que generan en la sociedad han sido los condicionantes que me han motivado a completar lo revisado en clase en relación a las infecciones e informarme de los diferentes aspectos sanitarios que rodean a estos cuadros infecciosos.

En primer lugar hay que indicar que las meningitis tanto bacterianas como agudas se encuentran dentro de las denominadas infecciones intracraneales. Estas infecciones, a grandes rasgos, consisten en un proceso patológico causado por algún tipo de microorganismo que se asienta en el SNC o sus envolturas, en cantidad suficiente para romper las defensas del huésped. El proceso puede cursar de forma aguda o crónica y la fuente de infección puede ser tanto vírica como bacteriana. Podemos diferenciar diferentes cuadros: meningitis, encefalitis, abscesos cerebrales y empiemas subdurales.

El cuadro que voy a desarrollar a continuación es el de meningitis aguda bacteriana.

  •  Etiología: puede ser muy variada y depende también de la edad y de la madurez del SNC. Las bacterias más frecuentes son entre 0-1 mes de vida el Streptococcus agalactiae grupo B; entre los 2 meses y los 4 años la bacteria más frecuente es Haemophillus influenzae y  Streptococcus pneumoniae; entre los 5-29 años la Neisseria meningitidis (meningococo) y Streptococcus pneumoniae; y a partir de los 30 años el Streptococcus pneumoniae
  • Patogenia: La vía de entrada es a través de la sangre. Los gérmenes, Neiseria o Maemophillus de la faringe pasan a la sangre, circulan y tienen un tropismo especial para adherirse en los capilares meníngeos y pasar al LCR. En casos epidémicos, el contagio es por vía aérea pasando los gérmenes en gotitas del aire que se respira cuando hay un contacto de proximidad continuo (colegios, guarderías…) y una vez en la faringe siguen la vía hematógena.
  • Fisiopatología: Una vez dentro, el germen, inicia la respuesta inflamatoria de todo el espacio subaracnoideo. Esta reacción determina la sintomatología meníngea y por otro lado origina inflamación de los vasos que circulan por la corteza cerebral. Si no se administran antibióticos, en la mayoría de los casos se produce el fallecimiento del paciente; si se administran, se detiene el crecimiento bacteriano con lo cual la respuesta inmunológica es capaz de resistir varios días hasta que se forman los anticuerpos suficientes para bloquear todas las bacterias y eliminarlas. Durante los primeros días la infección puede haber causado lesiones irreversibles, de ahí que el tratamiento tiene que ser precoz y los más apropiado posible según la etiología.
  • Sintomatología: conlleva irritación meníngea (cefalea, nauseas y vómitos), proceso infeccioso (fiebre alta, malestar general…), alteraciones neurológicas (nivel de conciencia, desorientación, crisis convulsivas…). Hay signos típicos de irritación meníngea: rigidez de la nuca con dificultad o imposibilidad para flexionar la cabeza, signo de Brudzinski, signo de Kernig y signo de Lassegue.
  • Diagnostico: Si hay síntomas se sospechará y se debe confirmar con datos analíticos (en sangre encontraremos leucocitosis), si analizamos el LCR nos va a dar el diagnostico para ello debemos obtener LCR a través de una punción lumbar. Los estudios radiológicos aportan poca información.
  • Tratamiento: se hace con antibióticos específicos si se conoce el germen y el antibiograma. Además debe hacerse un tratamiento de la fiebre, empezando por medidas físicas y si no baja, antitérmicos. En caso de crisis utilizar anticomiciales. Se debe dar también apoyo psicológico tanto al paciente como a la familia, explicando los  tratamientos y posibles agitaciones y crisis que se pueden dar.
  • Profilaxis: la medida fundamental es la vacunación para prevenir la meningitis. En población de riesgo se pone por vía subcutánea y mantiene el efecto al menos un año. Hay otro tipo de profilaxis, en individuos que podrían haber estado expuestos al contagio cuando se ha declarado un caso.


Como conclusión hay que decir que este tipo de meningitis es más grave que la vírica por lo que hay que prevenirla a través de la vacuna. Se trata de una infección de gran interés por parte de la población que tiene un niño pequeño y que suele generar alarma general cuando se diagnostica un caso en el entorno más inmediato como ha podido ser en mi caso.

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