miércoles, 19 de octubre de 2016

Cuidados de enfermería en pacientes cancerosos. En: Smeltzer, S.C y Bare, B.G. Enfermería médico-quirúrgica, de Brunner y Suddarth Vol. I. 8ª ed. Ciudad de México: McGraw Hill Interamericana; 1996. p. 296-303


CUIDADOS DE ENFERMERIA DE PACIENTES CANCEROSOS.

El pronóstico de los pacientes con cáncer ha mejorado gracias a los adelantos científicos y tecnológicos. Sin embargo, en muchas ocasiones a pesar de un tratamiento inicial de la enfermedad, el paciente canceroso puede sufrir una serie de problemas secundarios. Independientemente del tipo de cáncer, del tratamiento que se haya llevado a cabo o el pronóstico, muchas pacientes con neoplasias son susceptibles a estos problemas y complicaciones. Una de las tareas importantes de la enfermera oncológica es estudiar al paciente como ser único, desde el principio, en búsqueda de estos problemas y sus complicaciones. Esta labor, englobada dentro de la valoración inicial del proceso de enfermería, es la que voy a desarrollar a continuación.

Cómo toda valoración inicial, ésta va a servir de fuente inestimable de información para establecer el resto del proceso enfermero. En ella, el enfermero, debe prestar especial atención a todos los aspectos que pueden afectar en ese momento o en un momento futuro al paciente.

Entre los aspectos que el enfermero debe tener en cuenta en el proceso de valoración inicial, están:
  • Infección: hay que estudiar al paciente y los factores que pueden predisponerlo a padecer una infección, ya que ésta es la principal causa de muerte en el paciente oncológico. En su labor la enfermera debe revisar los estudios de laboratorio, en especial de las células sanguíneas identificando valores anormales. También debe inspeccionar los lugares más comunes de infección: laringe, piel, zona perianal, vías respiratorias, urinarias…
  • Recuento de leucocitos: Generalmente los valores de leucocitos estan alterados en pacientes oncológicos, por lo que es muy importante analizar los datos obtenidos en las analíticas para poder intervenir precozmente.
  • Hemorragia: Es muy importante vigilar los factores que favorecen a la hemorragia: supresión de médula ósea por quimioterapia, radiación y otros fármacos que impiden la coagulación y la función de las plaquetas. Los sitios frecuentes evaluados por la enfermera deben ser la piel y las membranas mucosas, las vías intestinales, urinarias y respiratorias así como el cerebro. También es esencial vigilar la hemorragia abundante: sangre en heces, orina, esputo o vómitos, informando de su existencia.
  • Problemas cutáneos: la enfermera debe identificar qué factores predisponentes están presentes y debe estudiar al sujeto en búsqueda de otros como deficiencias nutricionales, incontinencia, inmovilidad, inmunosupresión… Debe identificar, así mismo, ulceras cutáneas derivadas del tumor. Otro cambio hístico de gran importancia para el paciente, es la pérdida de cabello en aquellos sujetos que recibe radiación o quimioterapia.
  • Nutrición: es un aspecto muy importante, ya que el deterioro en el estado nutricional contribuye a la progresión de la enfermedad. La enfermera debe cuantificar diariamente el peso y la ingesta de alimento. En este apartado también se debe de tener en cuenta los antecedentes del paciente en relación a posibles trastornos alimenticios: obesidad, anorexia…
  • Dolor:  además de precisar el origen y el sitio del dolor, la enfermera deberá valorar los factores que incrementan la percepción.
  • Fatiga: Es un problema crónico en cancerosos.  La enfermera debe valorar la sensación de agotamiento, debilidad, falta de energía e incapacidad para realizar las avd´s.
  • Estado psicológico: es un aspecto muy importante a valorar por la enfermera, no solo se deben valorar los aspectos fisiológicos del cáncer sino también los psíquicos, dado que tanto el paciente como sus familiares se enfrentan a un trastorno de posibles consecuencias mortales y tratamientos desagradables.
  • Imagen corporal: algunos efectos de la enfermedad son identificados por el paciente como una amenaza a la autoestima y a la imagen corporal. Durante la valoración inicial la enfermera debe identificar tales amenazas potenciales (alopecia, caquexia, cambios en la piel, disfunción sexual…), al igual que la fortaleza del sujeto para superarlas.

Como puede verse, son muchos los aspectos que la enfermera debe afrontar en su valoración inicial con el fin de promover que las fases sucesivas del proceso enfermero puedan resolver las necesidades fisiológicas, psicológicas y sociales que conlleva la enfermedad cancerosa. A través de esta obra, he podido hacerme una idea de la importancia de la valoración inicial como primera fase en el tratamiento de la enfermedad.

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