Bibliografía:
Williams S. L, Hopper D. P. Cuidados de enfermería de
pacientes con cáncer. Enfermería medicoquirúrgica. 3ªed. México: MCGrawHill/Interamericana
de México; 2009. p.153-166.
El cáncer es un grupo de células que crece sin control y
afecta la función del órgano afectado. Las células cancerígenas se describen
como mal construidas, de formación laza y carentes de organización. Un órgano con
un tumor canceroso por último deja de funcionar. Una definición simple es ``célula
confusa’’. Maligno, un término que con frecuencia se utiliza como sinónimo de cáncer,
se define como crecimiento refractario al tratamiento que tiende a empeorar y
amenaza con la muerte.
El crecimiento y reproducción de las células cancerígenas incluye
un proceso de dos pasos. El primero en el crecimiento del cáncer se denomina
inicio. El inicio produce una alteración en la estructura genética de la célula
(DNA). La alteración celular se relaciona con exposición a un carcinógeno. El cambio
celular lleva a la célula a convertirse en cancerígena.
La promoción es el segundo tipo de crecimiento de la célula cancerígena.
Ocurre después que la exposición repetida a cancerígenos ocasiona que las
células iniciadas muten. Durante el paso de promoción se forma un tumor a
partir de la reproducción de células mutadas.
A menudo un sistema inmunitario sano puede destruir las
células cancerígenas antes que se repliquen y conviertan en un tumor. Es importante
recordar que cualquier sustancia que debilite o altere el sistema inmunitario
pone al individuo en riesgo de mutación celular. Los investigadores médicos apoyan
la teoría de que el cáncer es un síntoma de un sistema inmunitario debilitado.
El mayor riesgo de cáncer se vincula a muchos factores
ambientales. La evaluación del cáncer empieza con la valoración de los factores
de riesgo bien reconocidos, entre ellos virus específicos, exposición a radiación,
químicos e irritantes, genética dieta en inmunidad general. Algunos grupos
raciales y étnicos también están en mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos
de cáncer.
Las personas expuestas a materiales radiactivos en grandes
dosis, como la fuga de radiación o una bomba atómica, están en riesgo de
leucemia y cáncer de mama, hueso, pulmones tiroides. La radioterapia controlada
se emplea para tratar a pacientes con cáncer al destruir las células cancerosas
que se dividen con rapidez. La radiación también puede causar daño a las
células normales. La decisión de usar radiación se toma después de una cuidados
evaluación de localización del tumor y la vulnerabilidad a otros tratamientos.
Las enfermeras tienen una función importante en la prevención
y detección del cáncer. Pueden ayudar a educar a los pacientes respecto a los
factores de riesgo, autoexploraciones y programas de detección. El diagnóstico
y tratamiento tempranos brindan tiempo para detener la progresión del cáncer.
Una exploración física a tiempo ayuda al personal médico a
detectar los siete signos comunes del cáncer promovidos por la American Cancer
Society. Estos signos de alarma son:
- Cambio en los hábitos intestinales o vesicales
- Úlcera que no se cura
- Hemorragia o secreción inusual
- Engrosamiento o nódulo
- Indigestión o dificultad para deglutir
- Cambio obvio en verruga o lunar
- Tos o ronquera continuas
- Cambio en los hábitos intestinales o vesicales
- Úlcera que no se cura
- Hemorragia o secreción inusual
- Engrosamiento o nódulo
- Indigestión o dificultad para deglutir
- Cambio obvio en verruga o lunar
- Tos o ronquera continuas
La quimioterapia es un tratamiento químico que utiliza
medicamentos citotóxicos para tratar el cáncer. Los fármacos citotóxicos pueden
curar, controlar o paliar los tumores cancerosos y se describen según la manera
en que afectan la actividad celular. Por ejemplo, los agentes alquilantes se
unen con el DNA para detener la producción de RNA: los antimetabolitos
sustituyen los nutrientes o enzimas en el ciclo vital de la célula; los
inhibidores de la mitosis interfieren con la división celular; los antibióticos
inhiben la síntesis de DNA y RNA, y los agentes hormonales alteran la estructura
hormonal del cuerpo. La quimioterapia suele ser más efectiva cuando se
administran múltiples fármacos en múltiples dosis.
Los efectos de la quimioterapia son sistémicos a menos que se
usen de manera tópica para lesiones de la piel. La quimioterapia se emplea
antes de la cirugía para reducir los tumores y después de la misma para tratar
los tumores residuales. Los factores que influyen la efectividad de la
quimioterapia son: tipo de tumor, fármacos quimioterapéuticos disponibles y
genética.
La quimioterapia combinada significa que se utilizan dos o
más antineoplásicos juntos para tratar un tipo particular de cáncer. Permite exponer
un mayor número de células en diferentes puntos del ciclo celular a más de un
tipo de quimioterapia. Combinar los medicamentos también disminuye los efectos
secundarios del tratamiento y la posibilidad de que el tumor se vuelva
resistente a la terapéutica.
Varios criterios deben cumplirse para combinar los
medicamentos de esta manera. Incluyen que sean efectivos cuando se usan solos
para tratar ciertos canceres y que tengan diferentes toxicidades que pudieran
limitar su empleo. Por ejemplo, si tres medicamentos son cardiotóxicos, el
paciente tiene más posibilidad de desarrollar cardiotoxicidad. Los pacientes se
vigilan en busca de efectos tóxicos por el tratamiento, así como de mejoría de
su estado.
La quimioterapia se administra por vía oral, intramuscular,
intravenosa o local. La dosis del medicamento se regula con base en el tamaño
del individuo y las toxicidades del fármaco. La administración de agentes
intravenosos requiere entrenamiento especializado y conocimiento de los
antineoplásicos.
Los medicamentos vesicales de administran sólo por vía
intravenosa. Estos fármacos causan ampollas de tejido que conducen a necrosis
si se infiltran o fugan del vaso sanguíneo hacia el tejido blando. Pueden requerirse
injertos de piel si el daño tisular es extenso.
Las toxicidades en pacientes que reciben quimioterapia
varían con los medicamentos; sin embargo, algunos efectos secundarios generales
suelen relacionarse con los quimioterapéuticos. Por lo general la quimioterapia
y la radiación afectan las células epiteliales de crecimiento rápido, como las
de cabello, sangre, piel y tracto gastrointestinal.
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