BIBLIOGRAFÍA:
Phillips K. J. Intervención enfermera: choque y síndrome de disfunción multiorgánica, Vol.2. En: Mantik L. S., MeLean H. M., Ruff D. S., autores. O'Brien P., Giddens J., Bucher L., editores. Enfermería medicoquirúrgica. 6ª ed. Madrid: Elsevier; 2004. p.1858-1885.
El tema de esta consulta bibliográfica serán las
intervenciones en el tratamiento del choque séptico, debido a que es uno de los
tipos de shock más frecuentes clínicamente y con una elevada tasa de mortalidad
en ancianos.
Un shock o choque séptico es un síndrome caracterizado por
una disminución en la perfusión tisular y el deterioro del metabolismo celular,
que conlleva un desequilibrio entre el aporte y demanda de oxígeno y
nutrientes.
Este shock, es ocasionado comúnmente por bacterias
gramnegativas y grampositivas, virus, hongos o parásitos y afecta a pacientes
en riesgo por: su edad avanzada, inmunodepresión, insuficiencia cardíaca,
insuficiencia renal crónica… Puede producirse por una infección del tracto
urinario o respiratorio, por catéteres permanentes, etc.
Los cuidados se centrarán en reconocer y tratar
tempranamente el choque en sus estadios iniciales y compensador (restableciendo
la normal distribución del flujo sanguíneo) para prevenir la evolución a estadios
progresivo y refractario, en los cuales, la recuperación estaría ligada a múltiples
secuelas por la pérdida de funcionalidad de órganos vitales.
Los cuidados que dedicaremos serán:
- Identificación de pacientes en riesgo.
- Integración de la historia del paciente, exploración física y datos clínicos para establecer diagnóstico.
- Intervención controlando o eliminando la causa de la hipoperfusión tisular.
- Protección de órganos diana y distales frente a disfunción.
- Provisión de cuidados de soporte multisistema.
Para considerar un shock septicémico valoraremos:
- Una disminución en el nivel de conciencia, ansiedad, inquietud, debilidad.
- Pulsos rápidos pero débiles, arritmias, hipotensión.
- Piel caliente (en el estadio inicial), o fría y húmeda, palidez, cianosis.
- Taquipnea, disnea, respiración superficial.
- Una disminución en la saturación de Oxígeno.
- Hemorragia o lesión manifiesta que indique la causa de la hipoperfusión.
Intervendremos de forma general:
☛ Asegurando una vía aérea permeable (ya sea por vía natural
o con sonda endotraqueal) y optimizaremos la liberación de oxígeno para
mantener una saturación en 90% o más. Existen tres métodos para aumentar el
aporte y disminuir la demanda sin alterar el equilibrio:
- Optimizando el gasto cardíaco con tratamiento farmacológico o reposición de líquido.
- Aumentando la hemoglobina por transfusión sanguínea.
- Aumentando SaO2 con oxígeno suplementario y ventilación mecánica.
☛ Con tratamiento farmacológico, para corregir la menor
perfusión tisular y mantener la PAM en mínimo 60 mmHg. La medicación se
administrará vía i.v. por bomba de infusión o a través de vía venosa central.
Encontraremos fármacos:
- Simpaticomiméticos (tienen efecto sobre el SNS): muchos causan vasoconstricción periférica, denominándose fármacos vasopresores (adrenalina, noradrenalina), cuyo uso se reserva para pacientes que no hayan respondido a otros tratamientos.
- Vasodilatadores, empleo en pacientes con excesiva vasoconstricción que implica un mayor gasto cardíaco.
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