domingo, 2 de octubre de 2016

La respuesta inflamatoria

Bibliografía:
S. Mantik Lewis, M. Mclean Heirkemper, P. Graber O’Brien, J. Foret Giddens y L. Bucher. Inflamación, infección y cicatrización. En: R. Alvarez Miró [Rev]. Enfermería Médico Quirúrgica: Valoración y cuidados de problemas clínicos. 6ª ed. Génova: Elsevier; 2004. p. 200-218.


La inflamación es la reacción consecuente a la lesión celular. Neutraliza el agente inflamatorio, elimina los restos necróticos y estabiliza un ambiente adaptado a la cicatrización. Se suelen confundir los términos inflamación e infección. La infección es la invasión de tejidos o células por parte de microorganismos. Por tanto, cabe destacar que la inflamación está siempre presente con la infección pero la infección no está siempre presente con la inflamación, es decir, no es siempre su causa. Son posibles causas de una inflamación un traumatismo, una hipersensibilidad o el exceso de calor.
En una inflamación se dan dos clases de respuesta: una respuesta vascular y una respuesta celular.
-Respuesta vascular. Tras la lesión celular, las arteriolas producen una vasoconstricción. Cuando las células han liberado ciertos mediadores químicos, las arteriolas se vasodilatan produciendo una hiperemia. La vasodilatación tras la vasoconstricción facilita el paso de sustancias desde los capilares hasta los espacios tisulares. Este exudado inflamatorio aparte de líquido seroso contiene proteínas plasmáticas (principalmente albúmina). Estas proteínas empujan los líquidos fuera de los capilares constituyendo así el tejido edematoso. La composición y la cantidad del exudado dependen de la naturaleza y del tipo de inflamación. Más tarde se formará la fibrina que reforzará el coágulo iniciando así el proceso de cicatrización posterior.
-Respuesta celular. Los neutrófilos y los monocitos se sitúan en la cara interna de los capilares (marginación), después salen de los capilares en un proceso denominado diapédesis en el que se separan las células endoteliales. Los neutrófilos y monocitos se dirigen entonces al lugar de inflamación mediante la quimiotaxis. La quimiotaxis es el proceso en el que se asegura que los neutrófilos y monocitos lleguen al lugar de inflamación gracias a un gradiente de concentración. La quimiotaxis es mediada por factores quimiostáticos como pueden ser los derivados de las bacterias o los del complemento.
Los neutrófilos son los primeros leucocitos en llegar al lugar de la inflamación. Se encargan de fagocitar bacterias y otras células extrañas. Estos leucocitos tienen una vida media corta, entonces los neutrófilos muertos y los restos digeridos se acumulan en el lugar de la inflamación constituyendo un líquido denominado pus. Los neutrófilos, tanto inmaduros o bandas y maduros o neutrófilos segmentados, se liberan desde la médula ósea.  De esta forma aumenta la concentración de leucocitos en sangre.
Los monocitos tardan de tres a siete días en llegar al lugar de inflamación y siguen el proceso de quimiotaxis para llegar al mismo. Cuando los monocitos salen de los capilares mediante la diapédesis, se transforman en macrófagos que son los que verdaderamente llevan a cabo la acción fagocítica. Su función principal es limpiar el área antes de que ocurra la cicatrización. Los  macrófagos pueden fusionarse entre sí y así formar una célula multinucleada gigante que se encargará de fagocitar partículas demasiado grandes para los macrófagos en sí. Si esta célula gigante llega a ser encapsulada por el colágeno se forma un granuloma.
Los linfocitos llegan más tarde y su función está más relacionada con la inmunidad específica.
Los eosinófilos y basófilos tienen una acción más concreta dentro de la inmunidad inespecífica. Los eosinófilos participan en procesos alérgicos y liberan sustancias para controlar los niveles de histamina propios de una reacción alérgica. Los basófilos contienen en sus gránulos histamina y heparina que se liberan en la inflamación.
Dentro de los mediadores químicos encontramos el sistema del complemento y las prostaglandinas y leucotrienos.
El sistema del complemento lleva a cabo acciones favorecedoras del proceso inflamatorio como aumento de la permeabilidad, quimiotaxis y mayor facilidad en el proceso fagocítico (gracias a la opsonización mediado por opsoninas).
Las prostaglandinas y leucotrienos llevan a cabo acciones favorecedoras de la inflamación, al igual que el sistema del complemento.
Las manifestaciones clínicas (o signos y síntomas) de la inflamación incluyen calor, dolor, rubor  y tumor en la región en la que se está llevando a cabo el proceso inflamatorio. Además aparece fiebre (por liberación de las citocinas), aumento de la leucocitosis, malestar general y aumento del ritmo de pulso.

Los tipos de inflamación están clasificados según el tiempo de cicatrización. De esta forma en la inflamación aguda, la cicatrización se produce de tres a siete días; en la subaguda se presentan las mismas características que en la aguda pero el tiempo de cicatrización es mayor y en la crónica dura semanas, meses o años. Esto es así debido a que el agente infeccioso persiste o lesiona los tejidos repetidamente.

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