domingo, 13 de noviembre de 2016


BIBLIOGRAFIA:

D. Nayduch. Enfermería de urgencia. En: S. Smeltzer, B. Bore, J. Hinkle y K. Cheever. Brunner y Suddarth. Enfermería medicoquirúrgica. Vol 2. 12ª ed. Barcelona: Lippincott Williams & Wilkins; 2013. p. 2153-2183.

Esta bibliografía tiene como finalidad dar a conocer el método de actuación correcto ante las quemaduras químicas en la piel.

La gravedad de la quemadura viene determinada por ciertas características del químico:

  • Su mecanismo de acción
  • La fuerza de penetración
  • La concentración
  • La cantidad y la duración de exposición a la piel


Se deberán empapar inmediatamente con agua las quemaduras, excepto las producidas por sosa o fósforo blanco, debido al riesgo de explosión o profundización. En cuyo caso se deberá cepillar la piel antes del lavado, para deshacernos de cualquier residuo químico que pueda quedar.


La piel se lavará con una corriente de agua tibia constante y abundante, conforme se quita la ropa que pueda interferir en la zona de la quemadura.
En todo momento, la piel del personal sanitario o de toda persona que asista al paciente estará protegida de modo adecuado para evitar el riesgo de exposición, ya que el agente tóxico puede estar aún presente.

Será necesario determinar la identidad y características del químico con el fin de especificar el tratamiento futuro. Mientras tanto, se aplica el tratamiento estándar de quemaduras según el tamaño y ubicación de la herida: tratamiento antimicrobiano, desbridamiento, profilaxia de tétanos, administración de antídoto…

Es posible que el paciente requiera cirugía plástica si han sido afectadas grandes extensiones de piel o en sitios delicados por su componente estético o funcional (cara, manos, pies…).


Se instruirá al paciente para que reexplore el área afectada a las 24 y 72 horas y posteriormente, a los 7 días, debido al peligro de subestimar el grado y profundidad de este tipo de lesiones, así como el posible riesgo de infección.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario