Bibliografía:
Romero Domínguez M, Martínez Galiana JA, Vega Pérez FJ.
Abscesos. Manual de cirugía menor. Madrid: Arán Ediciones; 2002. p. 305-33.ABSCESOS
El absceso es una infección purulenta, delimitada, en forma de tumoración roja, caliente y dolorosa, con formación de pus y con afectación del estado general del paciente.
Puede ser un absceso caliente porque tiene rubor, tumor y dolor, o bien, un absceso frio, sin parte de los síntomas de la inflamación.
Se trata pues de una supuración circunscrita, formada por contenido líquido (pus) y rodeada por una pared inflamatoria de tejido conectivo (membrana piógena). El contenido de esta supuración está formado por exudado inflamatorio, tejidos necrosados, restos de leucocitos y bacterias muertas, y fermentos resultantes de éstos.
El aspecto del pues puede ser un dato orientativo sobre el origen de la infección, que habría que confirmar con el cultivo del exudado de la lesión.
Resumiendo podemos encontrar:
-
Exudado denso, cremoso, sin olor
(estafilococos).
-
Serosidad sucia, sanguinolenta, fluida, con
grumos pequeños y maloliente (estreptococos).
-
Exudado espeso (neumococo).
-
De aspecto achocolatado, fecaloide y fluido
(colibacilar).
-
Cuando la gasa que ha estado en contacto con los
exudados es manchada de color azul (piociánico/pseudomonas).
Las causas de los abscesos son innumerables, pero podemos
decir que con frecuencia se deben a los siguientes motivos:
·
Infección de quistes epidermoides.
·
Infección de quistes dermoides.
·
Foliculitis, forúnculos y ántrax (triada del folículo
piloso).
·
Hidradenitis supurativa.
·
Cuerpos extraños.
·
Picaduras y mordeduras.
·
Tumores sobreinfectados.
·
Traumatismos, heridas y quemaduras.
·
Infecciones micóticas y bacterianas en manos y
pies.
·
Inmunodeficiencias (trasplantados, VIH+, etc.).
·
Enfermedades crónicas que afectan a la
integridad de la piel o a sus mecanismos de defensa (vasculopatías, diabetes,
esclerodermias, impétigos, eisipela, etc.).
·
Mastitis agudas supuradas y de pared torácica.
·
Abscesos postinyección (yatrogénicos).
·
Como reacción a puntos de sutura internos
(granulomas).
Otro factor a tener en cuenta es la evolución que puede
seguir un absceso, ya que de ello dependerá el pronóstico de la lesión. La evolución
puede ser:
Ø
Resolución
-
Reabsorción espontánea (por esterilización del
pus)
-
Evacuación espontánea al exterior
Ø
Flemón difuso
-
Crecimiento progresivo siguiendo los puntos de
menor resistencia de los tejidos
Ø
Formación de un trayecto fistuloso
-
Evacuación al interior de una cavidad
Ø
Tromboflebitis supurada
-
Invasión a la sangre, SEPSIS
El absceso requiere un tratamiento urgente, no sólo por los síntomas
y molestias que le acompañan sino por el riesgo de complicaciones que pueden
llevar una sepsis generalizada.
En ningún caso se debe abrir un absceso si su contenido no está organizado, es decir, debemos considerar que la colección de pus está delimitada y organizada, para que mediante la incisión podamos drenar el contenido al exterior. Existen formas de facilitar la localización de la supuración y que la infección se delimite, como puede ser la aplicación de calor seco in situ, varias veces al día (sin llegar a quemar la piel sobre la que se aplica).
En ningún caso se debe abrir un absceso si su contenido no está organizado, es decir, debemos considerar que la colección de pus está delimitada y organizada, para que mediante la incisión podamos drenar el contenido al exterior. Existen formas de facilitar la localización de la supuración y que la infección se delimite, como puede ser la aplicación de calor seco in situ, varias veces al día (sin llegar a quemar la piel sobre la que se aplica).
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